La anterior ocasión no fue suspendido por la Unión Ciclista Internacional al dar positivo fuera de temporada y no estar sancionado el consumo de dicha sustancia fuera de competición. Los jueces tampoco le sancionaron al considerar que ya había sido suficientemente castigado por los medios de comunicación. Eso, si se quedó sin correr el pasado Tour de Francia.
Aunque de nuevo este positivo ha sido detectado fuera de competición (en esas fechas Boonen estaba descansando, para volver a las carreteras en la Volta a Catalunya) y no recibirá sanción deportiva, es inexplicable que un ciclista de la talla de Boonen caiga en estas estupideces, y la justicia, esta vez sí, se le podría echar encima por reincidencia.
Patrick Lefevre, mánager del conjunto belga en el que milita Tom Boonen, ya ha manifestado su decepción por la actitud del ciclista flamenco, aunque prefiere hablar con los patrocinadores belgas antes de hablar largo y tendido del tema. Una sanción interna, suspendiendo de empleo y sueldo al ex campeón del mundo durante unos meses, puede ser la decisión del Quick Step o al menos es la medida mínima que debería tomarse.
Mala noticia para el ciclismo el día en que comienza el Giro de Italia, una carrera que se ha anunciado como la más limpia de la historia...
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